viernes, 27 de noviembre de 2009
Intención de Dios
Mi amigo Esteban
Conocí a Esteban cuando estaba en Primaria, él era un chico muy alegre y metido en todo, nos gustaba corretear por todos lados y jugábamos a las canicas, a las escondidas, a las chapadas, al futbol y a todo lo que se nos ocurría. Era genial porque tenía mucha imaginación, siempre inventaba historias donde luchábamos contra grandes dragones, contra ogros y ejércitos de muertos vivientes. Yo era su fiel compañero de aventuras y nos escondíamos por los salones, corríamos por el patio, luchábamos en los pasillos y el cuartel estaba frente al kiosco. Esteban era mi mejor amigo.
Una mañana llegó tarde al colegio, cabizbajo y caminando lento y no quería conversar con nadie, ni siquiera conmigo, pero en la hora de recreo me contó entre risas que había peleado contra un ogro muy grande y no había podido ganarle, pero que pronto estaría bien. Por un tiempo no pudimos jugar y nos quedábamos en el salón durante la hora de recreo. Un día, cuando volví del kiosco escuché gritos en el salón y me acerqué lentamente hacia la puerta. Adentro estaba nuestra profesora, Esteban y su papá y estaban discutiendo. Ella le reclamaba algo mostrando unas marcas en la espalda de mi amigo mientras su papá gritaba y gritaba "él es mi hijo, él es mi hijo, ¡Cállese! ¡Usted no sabe nada!" y Esteban estaba llorando. De pronto, ante la insistencia de la miss el señor cogió a Esteban y lo jaló hasta la puerta intentando llevárselo, pero ella se interpuso suplicando que por favor ya no le pegara más, pero no sirvió, él salió empujándola y pasó por mi lado diciéndole a Esteban que era un estorbo y que sólo sabía dar problemas, que llegando a la casa vendría lo peor. Tuve tantas ganas de correr y convertirme en un héroe en ese momento, quería saltar tan alto, coger a Esteban y llevarlo rápidamente lejos de ahí, volando o correr a hipervelocidad, pero no podía. Me sentí inútil viendo como se lo llevaba y tuve tanto miedo.
Al día siguiente llegué temprano para ver a Esteban, pero cuando llegué, él ya estaba ahí y conversaba con
Una tarde, yendo a algún lado, pasé por casa de Esteban y lo vi. Estaba todo sucio ayudando a su papá a cargar unas cosas en un carro, se detuvo y me miró. No sé porque no me acerqué pero su papá inmediatamente le dio un lapo y reclamó: "Oye tarado, ¿Hasta que hora voy a esperarte? Muévete inútil" Él volvió al trabajo y yo me quedé ahí mirando, de pronto una caja resbaló de sus brazos y reaccioné, me acerqué y le ayudé a subirla, mientras su papá gritaba desde adelante que se apurara golpeando la lata del carro. Me despedí y lo vi alejarse.
Al día siguiente volví por ahí con algún pretexto y frente a su casa sólo estaba la camioneta, me acerqué como explorando cuando de pronto oí unos gritos que venían desde la casa. Era el papá de Esteban gritándole como siempre, le estaba reclamando por un error que habían cometido en el trabajo y le había costado dinero. Esteban no decía nada.
-¡Eres un inútil! ¿Para esto te tuve? ¿Para esto tuve un hijo varón? ¡Mejor hubiera tenido una nena o un perro! ¿No crees? ¿Ahora como voy a recuperar mi dinero? ¿Ah? ¡Respóndeme idiota! ¡Habla carajo no te quedes callado! ¡No seas maricón!
De un momento a otro Esteban comenzó a suplicar mientras se oían los golpes que estaba recibiendo, ahí adentro él estaba corriendo de un lado a otro, tratando de salvarse como un ave atrapada en una jaula de espinas, lastimando sus alas, sus sueños, sus risas; y yo estaba afuera, entre la gente que pasaba como el viento, sin hacer nada y el dolor se empozaba brillando en mis ojos mientras mis manos y mis labios temblaban de rabia. No sé en que me transformé en ese momento pero sabía que no podía ganarle a ese señor así que cogí un palo que había en el patio y, con todas mis fuerzas, de un solo golpe, destrocé la luna del carro y me escapé corriendo lo más rápido que pude, hasta llegar a casa. Me encerré en mi cuarto, me cubrí con todas las frazadas y me puse a llorar de rabia, de dolor e impotencia prometiéndome que ya no sería cobarde, la próxima vez yo sería el héroe y rescataría a mi amigo, yo tendría superpoderes para derribar las paredes y haría un escudo donde no podrían lastimarnos nadie. Yo y mi amigo volveríamos a jugar como antes, a correr por los patios, a buscar a la miss durante la hora de recreo y los ogros sólo serían parte de los cuentos… y aún así yo sabía que mientras me escondía a llorar él aún estaba sufriendo.
Y aún hoy, varios años después, siendo un joven ya, no entiendo como ni porque Esteban cuida tanto a su papá después de todo lo malo que fue. Hace 6 meses tuvieron un accidente en la camioneta y Esteban faltó de nuevo al colegio. Esa tarde fui al hospital para verlos, tenía tantas ganas de gritarle a su papá, pero los encontré en una situación que no esperaba. Ese señor estaba pidiéndole perdón.
"No sabes lo bien que se siente perdonar, es como limpiar el camino por donde vas a andar el resto de tu vida, es como despejar el cielo para volar libremente y sin miedo, perdonar renueva las esperanzas y alimenta los sueños, el perdón es una semilla de futuro, de buen futuro ¿sabes amigo?" me dijo Esteban días después "Aún hay mucho que debes aprender".
Dibujo x Gabriel.
I Forum Juvenil sobre drogas: No destruyas tu vida
Hay tantas cosas rodeando nuestros caminos actualmente, hay tanto en este mundo, tanto con que enfrentarnos cada día. Nos encontramos muchas veces ante una sociedad confusa, contradictoria y exigente en la que es difícil sentirse refugiado o seguro. Nos encontramos solos muchas veces, nos sentimos abandonados, abatidos, perdidos en medio de tanta gente, tanto ruido y a veces incluso dentro de nuestro mismo hogar, en alguna habitación, en un refugio donde sólo nos encuentran nuestros pensamientos, nuestras inseguridades, nuestros miedos, nuestro dolor y nos preguntamos en ese lugar ¿Quien va a encontrarme? ¿Me está buscando alguien? ¿Alguien tocará la puerta? porque realmente necesitamos a alguien que nos brinde un poco de seguridad, de confianza, una sonrisa, un poco de amistad y un abrazo.
Y así, muchas veces también, salimos, estando confundidos, y vagamos por el mundo esperando encontrar algo o alguien y, en esa búsqueda, nos perdemos por caminos equivocados, nos dejamos engañar y oscurecemos aún más esa vida nuestra que tanto brilla cada mañana, como un sol que no se rinde ante las nubes. Muchas veces, por ese camino oscuro, un solo paso puede llevarnos a un abismo interminable cuyo único final, sino se lucha incansablemente y con ejército de fe y confianza, es la muerte más solitaria y deprimente. Y aunque suene extraño y triste, tal vez intimidante, esta realidad existe y nos rodea, es una amenaza constante y promovida, quizás no por nosotros, pero si por muchas de las personas que comparten nuestra sociedad, y afecta lamentablemente a nuestros seres queridos: a un padre, a una madre, a un hermano, a una hermana, a algún amigo, a alguien o incluso nos convierte en víctimas a nosotros mismos.
Ha sido una semana agitada y algo conmovedora por la cantidad de cosas y la velocidad con que han sucedido, pero al final me sentí agradablemente abrazado por la intención de muchas personas que compartían entre ellas la luz de la esperanza, la verdad, la confianza y la amistad. Me encontré ¿que mejor verdad? ante un grupo de jóvenes estudiantes que, entre ellos, exponían temas relacionados con la problemática del consumo de drogas en su localidad: Pachacutec.
Hoy, 20 de Noviembre, se celebró en la iglesia "Unión Misionera" el 1er Fórum Juvenil "No destruyas tu vida", organizado por el colegio "Virgen de Guadalupe" en el que los alumnos presentarían trabajos de exposición elaborados por ellos mismos abordando el tema del consumo de drogas y las repercusiones que tiene en el ser humano y la sociedad. Dicha institución realizó la convocatoria a otros colegios de la zona para que envíen delegaciones que compartan información, brinden sus puntos de vista sobre el tema y además planteen alternativas de solución frente a este problema que contamina de modo muy cercano y palpable nuestra sociedad.
Nosotros,
Y así, con la opinión del grupo de docentes, fue seleccionado el grupo de alumnas que nos representarían: Sheyla, Leidy y Ericka, y empezamos la búsqueda de información, la planificación de horarios, el diseño de las diapositivas, las prácticas de desenvolvimiento, la selección de imágenes, la distribución de temas y se sucedieron, como en mucho de lo que me rodea, situaciones muy confusas, descoordinaciones de horarios, olvidos, desacuerdos, inseguridades pero todo eso, con buena intención, voluntad y risas, porque siempre las hay, se superó y seguimos adelante.
Debo reconocer, en este punto, que me encontré ante una realidad aún peor de la que imaginaba, mi conocimiento sobre el tema de las drogas era muy limitado. He estado en las Jornadas Collage (Charlas para jóvenes) y hemos hablado sobre ese tema, pero no deja de sorprenderme la increíble capacidad del ser humano para crear cosas que lo dañan. Uno puede ser tan inteligente y a la vez tan estúpido con esa inteligencia. Llegué a sentir asco ante las imágenes que descubrí pero así es la realidad, las drogas no son algo "bonito", las drogas son destrucción, violencia, abuso, dolor, pérdida total y eso, eso nos rodea y amenaza cada día, incluso en nuestro propio hogar.
Ante una realidad como esta surgió en mi una pregunta: ¿Qué hacemos para luchar contra esto? ¿Qué hago? ¿Qué tengo para enfrentar esto? y tenía frente a mi la oportunidad perfecta ¿Qué mejor que sean los jóvenes, que suelen ser los más afectados, quienes compartan y conozcan la realidad de las drogas? y así se dieron los días y fuimos avanzando entre profesores y alumnos que iban brindando un poco de su conocimiento y sus ganas al proyecto, armando poco a poco el esqueleto de la información y decidiendo los papeles de cada una. Sorry por mis olvidos y mis soluciones apresuradas.
El tiempo pasó volando, la semana terminó y el viernes cayó sobre nosotros con un sol brillante en el cielo.
Es genial participar en un proyecto como este, ser parte de un equipo con una intención tan noble. Mi reconocimiento a todos los que participaron en este proyecto: A Sheyla, Leidy, Ericka, Ruth, Jossy, Jonel y Fanny.
Y así, a la luz de la canción "Aquí estoy" de Jesús Adrian Romero me encuentro escribiendo este relato, recordando las experiencias de un viernes que podría haber sido agitado, igual que los anteriores, pero no. Este fue un viernes distinto, un día lleno de inspiración y gracia, un día extraño y es que aún no me acostumbro a todo esto. La luz se comparte, gracias.
sábado, 14 de noviembre de 2009
Salvación Parte 4
Sábado 07 ¡Tormenta del destino!
Por fin he llegado (y pude estirar las piernas después de tres días viajando). No puedo decir que es un día hermoso, tengo miedo y esta ciudad es tan grande. No sé adonde ir, sólo tengo esta dirección…
Fue un día papá se había ido a trabajar temprano y faltó dinero para comprar detergente, entré a su cuarto y al jalar el cajón de la mesita de noche, cayeron 5 cartas al suelo por un agujero que las polillas habían tardado años en hacer, 5 cartas ocultas que nunca me había mostrado y que tenía escondidas ahí sin pensar en los demás, 5 cartas que, desde ese día, destruyeron toda la historia: eran de mamá.
“…Estar lejos de mi hija es el precio que debo pagar por ser libre de ti ¿verdad? Eso no te lo voy a perdonar, me voy porque necesito empezar una nueva vida pero te juro que volveré por ella. Voy a trabajar y cuando pueda volveré por ella y sólo por eso volveré a verte algún día…”
“…Hola hija, espero que tu papá te entregué esta carta o que de algún modo llegué hasta ti, estos han sido meses muy difíciles para mi, no sabes lo complicado que es estar en la capital y no conocer a nadie… y volveré un día, feliz cumpleaños amor, perdóname por no estar a tu lado…”
“…y el médico ha dicho que si puedo curarme pero tengo que seguir un tratamiento…y tú ¿Cómo estás hija? ¿Cómo va el colegio?… ¿Ya tienes 9 años verdad? ¡Debes estar muy grande!… Te envío algunas fotos y disculpa que nunca ponga mi dirección pero no quiero que tu papá me encuentre… te prometo que volveré…”
“…tuve miedo pero parece todo salió bien, así que estoy juntando dinero otra vez…estoy contando los días para ir, no ha sido fácil pero aquí hay mucha gente dispuesta a ayudar y trabajando duro lo he logrado ¡Tengo mi negocito y voy pa ‘delante!…”
“…discúlpame por no ir pero no me esperaba esta recaída, no sé que voy a hacer, ya se acabo el dinero y tengo un poco de miedo, no te preocupes, no digo que estoy asustada, confío en que voy a salir de esta pero no me gusta tener que postergar cada vez más nuestro encuentro…Ya tienes 12 años…perdóname por favor…nunca me imaginé todo esto, sólo salí huyendo con miedo, sin detenerme a pensar en ti y te dejé ahí…a veces quisiera retroceder el tiempo a ese momento, cuando te abracé, yo quería traerte pero ¿Qué hubiera hecho contigo? Si ni siquiera saber que iba a hacer conmigo…no sé si fue un error dejarte…y ahora estoy aquí, atrapada y extrañándote…”
No podía creerlo… No podía controlar mi llanto.
“Tú me mentiste o fui yo la que se mintió, sé que fue un error pero tú crees, por eso, que tienes derecho a destrozar mi vida y no voy a permitirlo. Por mi y el ejemplo que le quiero dar a mi hija me voy para empezar una nueva vida, me voy con todo el dolor de esta separación y la esperanza de un mañana mejor. Estar lejos de mi hija es el precio…”
“Nunca creí que podría odiar a alguien pero entiendo que esto también es mi culpa, me odio a mi misma por ser tan débil ante ti, por no haber hecho caso a los demás, por vivir esperando un cambio que debí realizar yo misma”
Me sentí completamente destruida frente a esas cartas, mi corazón estaba manchado con la ira y la rabia que había sentido contra ella y no podía ocultarlo ¿Cómo le pediría perdón ahora? ¿Dónde la encontraría? ¿Aún vivía?
Abracé las cartas a mi pecho y lloré sobre la cama culpándome por haberla odiado tanto sin siquiera saber lo que ella había vivido ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué me habían mentido así? ¿Por qué me odiaban tanto?
-¿Por que? ¿Por que?- le grité a papá cuando llegó -¡Eres un maldito! ¡Eres una basura!- mientras él permanecía tranquilo frente a mí con la misma mirada indiferente de siempre.
-¡Di algo! ¿Por qué me mentiste? ¿Por qué me separaste de mamá? ¿Por qué nos hiciste esto? ¡Contestame! ¿Por qué siempre me has odiado?-le grité, tirándole las cartas a la cara -¡Mira, mira lo que encontré! ¡Ella si me quería! ¿Por qué me hiciste vivir esta mentira? ¿Por qué nos ocultaste esto? ¿Por que? ¿Por que? ¡Di algo maldita sea!
-¡Cállate! – Gritó derribándome de una cachetada -¡Cállate! ¿Qué eres tú para reclamarme algo? ¿Qué eres? – Dijo mientras se agachaba a mirarme con un gesto de burla – Tú sólo eres una mujer, eres nada ¿sabes? , tu madre se fue porque era una engreída, una estúpida que creía que podía ganarse el cielo ¡Yo también me decepcioné de ella! ¿Crees que me quedé feliz con el paquete que me dejó? ¿No te has dado cuenta verdad? Qué estúpida eres ¿Ves que tú nos arruinaste la vida? Si tú no hubieras existido ¡Ni ella, ni yo hubiéramos pasado por esto! yo sólo quería un hijo varón, sólo eso.
Se levantó y mientras se alejaba contuve mis puños contra el suelo, mordí mi dolor y me lo tragué entre lágrimas porque yo sólo quería saber algo.
-¿Sabes donde está mamá verdad? - él volteó y coronó su rostro con una sonrisa.
-¿Por qué te lo diría?-
- Quiero irme con ella, ya no quiero causarte más problema, lo mejor es que me vaya con ella, por favor-
-¿Así que quieres irte con ella?- dijo, sonriendo aún más, mirándome diferente mientras venía hacia mi– Me parece bien, pero a cambio de eso quiero que me permitas darte todo el amor que jamás te he dado-
-¿Ahhh?-
Se acercó y me abrazó tan tiernamente como nunca lo había hecho, me refugió entre sus brazos y sentí como si se estuviera despidiendo de mí, como si en algún momento de nuestra vida, de verdad, me hubiera querido, como si le doliera alejarse ahora que yo sabía la verdad. Sentí que me amaba pero luego sus intenciones se revelaron completamente.
-Hija,- dijo abrazándome más fuerte- déjame amarte como nunca nadie va a hacerlo.
No puedo describir lo que sentí en ese momento, fue un miedo que cayó dentro de mí como una montaña de hielo, mi mente se desconectó del cuerpo, mi razón se perdió, mi entendimiento se nubló, me quedé inmóvil mientras él empezaba a besarme la frente. Toda mi rabia, mi rencor y mi furia habían sido aplastadas por ese miedo, mi conciencia estaba escondida y temerosa en algún lugar mientras él acariciaba mis brazos y sus labios se acercaban por mi rostro buscando los míos. Me sentí atrapada, acorralada e indefensa como un ave agonizante frente a una serpiente.
-Déjame quererte y enseñarte esta noche el verdadero amor para que nunca me olvides-
-¿Papá?- le pregunté llena de terror mientras una lágrima se escapaba de mis ojos buscando la libertad que se había perdido en algún lugar del pasado- ¿papá?- volví a preguntar, intentando recuperar a la persona que nunca hizo algo bueno por mi, pero que tampoco me dañaba tanto, rogándole a Dios que me devuelva a ese señor al que yo le escondía regalos en el día del padre, a esa persona capaz de detenerse ante mi y lastimarme lo menos posible, porque aún así… yo lo quería… él era mi padre.
-No te preocupes hijita, todo está bien, todo está muy bien-
Y cada movimiento, cada contacto, cada roce de sus labios y de sus manos se marcaba como fuego sobre mi piel, como una huella de horror sobre mi alma, como una mancha oscura que estaba creciendo sobre mí sin saber como detenerla. Por favor, había una voz interior dentro de mí gritando desesperadamente, un terremoto de emociones que no podía controlar, pero mis labios no se movían y poco a poco esa voluntad de intentar salvarme fue cayendo hacia la oscuridad.
-Ven, vamos al cuarto- dijo mientras me hacía avanzar y cada paso iba devolviéndome la fuerza y la conciencia que había perdido hasta llegar a la puerta.
-No- susurré sin pensar, como un acto instintivo, un intento de supervivencia.
-No- repetí mirándole a los ojos mientras empezaba a agitarse mi respiración y mi corazón se llenaba nuevamente con la luz de la voluntad.
-¡Noooo!- grité empujándolo con todas mis fuerzas, liberando toda mi rabia y mi llanto. Cogí un portarretratos y se lo arrojé al rostro.
-¡Estúpida!- me respondió entre risas, caminando hacia mí, derribando todo lo que encontraba a su paso mientras yo buscaba una forma de escapar.
-Papá cálmate por favor, razona las cosas- supliqué alejándome.
-¡Di lo que quieras! ¡Intenta cuanto puedas! ¡Esta noche yo ya la decidí! ¡Yo soy el cazador! ¡Tú eres mi presa!– gritó abalanzándose sobre mi otra vez.
-Por favor papá- supliqué nuevamente– ¡No hagas esto! – y tropecé cayendo al lado de la mesa mientras él se colocaba sobre mi cogiéndome de los brazos. Me miró y sonrió.
-Si no te quedas quietecita voy a tener que lastimarte, será mejor que hagas esto por las buenas ¿O quieres terminar sangrando? Dime amor- preguntó suavemente antes de gritar-¿Quieres terminar sangrando?
-No- le respondí moviendo la cabeza mientras me soltaba.
-Entonces vamos a divertirnos sin problemas- dijo mientras abría los botones de mi blusa y comenzaba a acariciarme.
No había forma de detenerlo, yo quería quitar sus manos con las mías pero no tenía fuerza suficiente y él estaba prácticamente sentado sobre mi, desnudándome, tocándome, manchándome mientras yo deseaba que todo fuera una pesadilla, una horrible pesadilla de la que despertaría en cualquier momento.
-¿En que estás pensando?- gritó dándome una cachetada y acercó su rostro al mío -¡Mírame cuando te hablo! Quiero que me mires ¿entendido?
Ya no sabía que hacer, lo miré y detrás de él estaba la última esperanza, al borde la mesa, sobre el mantel estaba el florero de mi abuela, sólo tenía que distraerlo un poco, sólo un poco más.
-Está bien papá, tú ganas- respondí, mientras él volvía a entretenerse con mi cuerpo.
Cogí el mantel y lo jalé calculando su cabeza, pero al ceder, el jarrón se volteó y giró sobre el borde cayendo y destrozándose a un lado de mí. Él se detuvo, se levantó, me miró y se abalanzó sobre mi cuello apretándolo con todas sus fuerzas.
-¡Maldita sea! ¿Cuántas veces vas a luchar? ¿Por qué no te rindes de una maldita vez?- gritó lleno de furia mientras yo intentaba detenerlo con mis últimas fuerzas -¡Mierda! ¿Por qué no te rindes?
¿Por que? ¿Por que? Sonaban sus palabras y dentro de mí también, mientras perdía las fuerzas en intentar respirar, tratando de capturar algo de vida del ambiente, arañando a la suerte que me había dado la espalda, esquivando a la muerte porque yo quería vivir pero…
Estaba en el lugar donde todos me habían abandonado, desnuda frente a un hombre que intentaba violarme o matarme: mi padre y me pregunté en ese momento ¿Por qué vivir? ¿Para que? ¿Qué hay en el futuro para mí después de esto? Finalmente comprendí que estaba sola, una vez más, otra vez estaba sola y abandonada frente a un destino aterrador contra el que no podía luchar, era eso o la muerte… y yo decidí morir, huir, escapar, salir de cualquier forma y entendí en ese momento porque huiste mamá.
Ya no tenía más lágrimas para llorar, ya no tenía más fuerzas para luchar, ya no tenía más ganas de vivir y el único dolor que sentía era la impotencia de saber que no podría pedirle perdón a mamá. Me quedaría en ese momento para siempre, cogiendo las manos de mi asesino hasta cegar la luz de mis ojos y esperaría en algún lugar oscuro, nuevamente perdida hasta verte mamá, por favor encuéntrame y perdóname. Lo siento, no tuve tu fuerza.
Pero él se detuvo, su intención era otra.
-Suficiente -dijo cuando me vio rendida, sin más fuerzas –no quiero matarte, ni siquiera desmayarte, sólo quiero que estés tranquila, que no vuelvas a intentar otra estupidez y que estés consciente de lo todo lo que voy a hacerte para que lo disfrutes tanto como yo.
Recuperé la vida con un respiro profundo pero casi no podía moverme y sentía mi garganta toda destruida. Me cargó hasta su cuarto, me tiró sobre la cama y comenzó a desnudarse mientras yo intentaba cubrirme y enredarme entre las sábanas.
Subió a la cama y al verme enredada entre las sábanas sonrió.
-¿Qué haces ahora? ¿Has envuelto mi regalito?- preguntó cariñosamente mientras me descubría entre besos y caricias que no podía rechazar. Era un hermoso juego para él, desnudarme lentamente con sus labios y revelar ante sus ojos mi intimidad sin saber que yo ocultaba en la mano derecha, escondida debajo de las sábanas, el alfiler de mi insignia.
-¿mamá?- pregunté sin saber… era un deseo desde lo más hondo de mi alma, quería un milagro… pero me di cuenta que era un hombre que preguntaba algo mirando a mis ojos, tomó mis hombros e intentó abrazarme. Reaccioné.
Salvación Parte 3
Viernes 06 ¡Valórate a ti misma!
-Lo prometo,- le dije a la noche, al silencio, al dolor, a la amargura y a la soledad –lo prometo abue, yo voy a luchar.
Pasaron tantas cosas a partir de eso, papá comenzó a descuidarse, se dedicó a tomar, la situación con él volvió a ser tensa y casi podía adivinar que lo botarían del trabajo, pero fue peor. Se peleó con sus compañeros de trabajo, lo golpearon y al final no le pagaron nada. Tuve que cuidarlo hasta que se recuperara.
Salvación Parte 2
Jueves 05 ¡Aprende otra vez a sonreír!
Yo me fui alejando de todos también, no conversaba con nadie en la escuela y mis notas bajaron. Papá sólo sabía gritarme y pegarme y me fui acostumbrando a ese dolor y a sus reclamos, tanto que casi podía predecir sus palabras cuando decía que todo era mi culpa… que no valía nada… y varias veces amenazó diciendo que también me dejaría sola y se iría lejos. Ese miedo hizo que yo volviera a estudiar… ese miedo me mantuvo consciente e hizo que algunas veces me olvidara de ti, ese miedo me encerraba de algún modo porque yo quería abrazarlo pero… ¿Si se cansaba de mi? ¿Si se iba? ¿Por qué todos se alejaban de mí? Y me quedaba sola en la seguridad de que si no lo molestaba él me querría un poquito, aunque sea un poquito, aunque yo no valiera nada, él si me quería porque permanecía ahí, soportándome.
Antes que pueda darme cuenta, ya estábamos jalándonos de los pelos y pateándonos en el suelo. Me enojé como nunca y la golpeé con todas mis fuerzas y ella no se quedó atrás. ¡Con decirles que la más lastimada fue la profesora que trató de separarnos!
Salvación Parte 1
La vida se revela ante nuestros ojos de tantas y distintas maneras que es difícil a veces adivinar, deducir o entender el significado real de todo lo que nos enfrenta en un día, en una hora, en un suceso. En una búsqueda tan extensa y con un tiempo tan corto ¿Cómo no perderse? ¿Quién nos encuentra? ¿Quién nos salva?